Este viejo reportero llevaba días como toro amorcillado. Evocaba imágenes, de cientos de colegas en todo el país, en lo individual o grupos pequeños con despachos modestos o en cuartos de sus casas como mini salas de redacción. Así están la mayoría de personas que produce más de 2 mil 500 periódicos digitales en México.

Sabía, como muchos colegas que este fenómeno es extraordinariamente cuantioso en México, que tiene sus muchas aristas y efectos carambola porque modifica ya la estructura del mercado de la información de prensa y presiona para cambiar leyes relacionadas; además desarrolla dos rasgos de personalidad que cambian las formas de hacer periodismo profesional en México: se hace periodismo de cercanía con la gente y sin muchos afanes lucrativos. Ya nadie lo puede detener.

Pero ¿qué hacer para que los esfuerzos serios, profesionales de periodismo digital de este tipo se desarrollen y permanezcan?

¿Cómo impedir que estos medios y periodistas sigan siendo los más vulnerables y por ende los más agredidos en todos los estados de la federación?

¿Cómo podrán consolidarse en México como fuentes de empleo y mejoría social de miles de personas vinculadas al ejercicio del periodismo?

Recordaba que en el mundo occidental ya no es tendencia sino que abrió paso un estamento en el periodismo profesional como secuencias de la revolución electrónica y la Internet y como derivado de la gran crisis de la prensa impresa industrial: el periodismo no lucrativo.

LA PROPUESTA INICIAL

El concepto de periodismo no lucrativo lo escuchó en México en voz del periodista hidalguense, Miguel Ángel Granados Chapa, desde que era presidente de la Unión de Periodistas Democráticos allá por 1984. Este reportero era parte de su Comité Directivo. El columnista decía desde entonces (hace 30 años) que esta prensa podría ser una alternativa a los males que padecía la prensa mexicana.

Sobre esta idea escribió, hace dos años, el investigador Raúl Trejo Delarbre (una institución nacional en el estudio y comprensión de los medios de difusión masiva) “Prensa no lucrativa, propuesta de Granados Chapa” (revista Zócalo / Lunes 20 de Agosto de 2012).

 “El Esquema comercial—el que impone el mercado-- no es el único camino para la prensa en México”, escribió Granados Chapa en 1985 y su argumentación la reprodujo textual Raúl Trejo en el artículo referido:

“Si se recuperasen los principios y fines deseables para la comunicación y se antepusieran los compromisos sociales de las empresas dedicadas a esa tarea, podría pensarse en medios de comunicación que, estando en manos de particulares, fueran reconocidos como asociaciones sin fines de lucro.

“Conviene establecer, legislativa o administrativamente, dos categorías de medios impresos: los lucrativos y los no lucrativos.

“Los primeros, que se identifican con la mayor parte de las publicaciones actualmente en circulación, serían considerados como productos de empresas sujetas a la regulación mercantil general.

“Los no lucrativos, que serían una figura de nueva creación en el régimen legal de la prensa en México, disfrutarían de privilegios que son comunes en países de Europa Occidental y son recomendados por la UNESCO”, argumentaba Miguel Ángel. Después enriqueció esta idea, a finales de 2009, como lo cita Raúl Trejo.

“Medios no lucrativos. En esta definición caben los que ahora son medios oficiales o de gobierno, así como los medios comunitarios y los de instituciones autónomas, como las universidades”.

 “Esa prensa que no buscaría como objetivo esencial el beneficio financiero –según el texto de Miguel Ángel--, tendría entre otras las siguientes facilidades: el otorgamiento de créditos blandos para la instalación de esos medios; subsidios en la importación de sus equipos y materiales; crédito para la adquisición de papel; tarifas postales y de transportación aérea y terrestre preferenciales; régimen tributario especial, etcétera”.

“El elemento común es que si bien no persiguen ni obtienen ganancias, quedarían autorizados para generar ingresos propios, incluso por publicidad, amén de patrocinios y los presupuestos que les correspondan por su pertenencia a instancias gubernamentales.

 “Los ingresos han de servir para su funcionamiento, no para generar utilidades. Su régimen fiscal, por lo tanto, eximiría a estos medios del impuesto sobre la renta.

Para ello existía entonces y ahora también “la necesidad de reformar la legislación destinada a la prensa. Allí debería incluirse normas referidas a las empresas de prensa, a los periodistas y a sus agrupaciones. Recomendaba crear un registro nacional de prensa en donde cualquier interesado pudiera conocer cómo se integran las empresas que editan diarios y revistas.

 “A cambio de ello, el compromiso de los medios no lucrativos, consistiría en ejercer la responsabilidad social de la prensa, al margen de las utilidades, que sólo le serían permitidas a condición de reinvertirlas. Las reglas destinadas a la prensa no lucrativa podrían establecer un límite (del 30 por ciento) del espacio destinado a publicidad, o mayor tratándose de anuncios no comerciales”.

LO QUE SE PUEDE AGREGAR

Por ejemplo, añade ahora el reportero, en una nueva categoría legal de periodismo un lucrativo incluir a medios de prensa impresa o digital con plantilla de personal no mayor de 15 personas. Y como medida fundamental reglamentar el gasto público en publicidad en todos los niveles de gobierno, para dedicar el 15 por ciento del total al periodismo no lucrativo, dando preferencia a los medios que tengan una propuesta editorial de cercanía con sus poblaciones o coberturas especializadas, como ocurre con publicaciones culturales y que, además, cuenten con códigos de ética y defensores de la información.

¿Habrá que promover y esperar una ley general que sea vinculante para todo los niveles de gobierno o ya la pueden impulsar los miles de periódicos digitales como una propuesta de buenas prácticas oficiales en todas las entidades del país? ¿Por qué no hacer, por ejemplo, un congreso de periódicos digitales para seguir con este tema?

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*Reportero desde 1977. Coordinador del Programa de Protección a Periodistas de la Casa de los Derechos de Periodistas; integrante del Consejo consultivo del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de gobernación. Consejero Editorial de varios medios de prensa